En la feria de Angosto fuimos much@s l@s decepcionad@s por la ausencia de animales y máquinas, tras escuchar los comentarios críticos entre los asistentes. Si eliminamos la esencia de las ferias (y no nos referimos al olor del ganado) estaremos dando la puntilla a uno de los pocos lugares de encuentro entre lo urbano y lo rural.
Las ferias se han convertido en un punto de encuentro necesario entre la sociedad urbana y la rural, un lugar en el que además de degustar un talo con txistorra o un txakoli, o comprar un buen queso o un tarro de miel, se puedan desarrollar otras actividades e interacciones importantes desde el punto de vista formativo y del conocimiento del medio. Donde los niños y niñas de la ciudad pueden ver una vaca, una oveja u otros ejemplares de la especies equinas, porcinas, etc.
Se pueden descubrir los procesos de producción de los alimentos vegetales y animales y la importancia de la soberanía alimentaria, la ecología y los canales cortos de comercialización; sorprender la curiosidad de los críos enseñándoles que la leche sale de las vacas y de las ovejas, no del brick y que la carne que consumimos antes de llegar al plato se ha paseado por prados o granjas en forma de ganado vivo.
Las ferias han sobrevivido gracias a la necesidad del reencuentro entre lo rural y lo urbano, son muchos los que se acercan desde las ciudades y los pueblos para descubrir la agricultura y la ganadería o para rememorar las actividades que practicaron sus padres o sus abuelos.
Por eso, es imprescindible que tengan un papel importante y protagonista los animales y la maquinaria agrícola pues con ellos cobra sentido el proceso productivo de los alimentos que se exponen, venden y consumimos "in situ" o en nuestras casas.
Las ayudas institucionales para el transporte y la exposición de animales y máquinas son imprescindible para que ganaderos y herreros puedan participar de estos eventos culturales y festivos, ya que no existe rentabilidad en su exposición y no se producen transacciones comerciales en las ferias actuales.
Necesitamos más exhibición de ganado y maquinaria y menos exhibición de políticos.
Tomen nota.