Otro de los ingredientes fundamentales que no puede faltar el día de Santiago en Vitoria-Gasteiz es el mercado de los ajos. En pleno centro de la ciudad los puestos de ajos se disponen sobre las aceras y la calzada. El aroma de estos bulbos de liliáceas lo envuelve todo hasta el punto de que no es necesario preguntar por la ubicación del mercado, basta con guiarse por el olfato.
Este año, el mercado estaba de lo más animado y bullicioso y las y los Gasteiztarras cargaban con las ristras de ajos aprovisionándose de este producto para todo el año.
Se podría escribir una tesis sobre las distintas formas de transportar las ristras:
algunas personas se las colocan alrededor del cuello dejando deslizar los extremos por los hombros a modo de bufanda,
otras las transportan sobre el solo hombro, repartiendo la carga en perfecto equilibrio entre la espalda y el pecho,
también había algunas menos estilosas y sostenibles que preferían utilizar una bolsa de plástico.
Lo que está claro es que ninguna de las modalidades causaría furor ni tendencia entre los vampiros, que de existir se puede afirmar con total seguridad que no habría ni uno solo de estos individuos el día 25 de julio en Vitoria-Gasteiz.