30 de marzo de 2012

Biomasa en Vitoria-Gasteiz: Innovación sí, pero no tanto

Esta semana hemos conocido por la prensa que el alcalde de Vitoria-Gasteiz inauguraba la “primera planta de biomasa del municipio”. Con esta premisa nos imaginábamos una instalación innovadora que quemaría directamente los residuos de poda y de jardinería producidos en la capital. Pues resulta que no... Lo que inauguraba el alcalde era en realidad una caldera de pelets como la que muchos gasteiztarras ya hemos instalado en nuestras casas en forma de caldera de calefacción o de estufa. No cabe duda de que sustituir los combustibles fósiles por los de origen vegetal supone una importante apuesta por la reducción de emisiones nocivas al medio ambiente ya que al proceder de residuos forestales o agrícolas se garantiza el efecto neutro respecto a la liberación de CO2 a la atmósfera.

El problema radica en la pretendida novedad de la tecnología empleada ya que ni es la primera planta ni será la última.

Quizá al alcalde le deberían haber informado alguno de sus numerosos asesores de que en su municipio, aunque no en la capital, existen instalaciones que queman la biomasa para transformarla en energía térmica (calefacción y agua caliente) sin necesidad de pasar por un proceso de transformación en pelets ni de tener que transportarlos desde lugares alejados con el consiguiente ahorro energético y evitando además las emisiones contaminantes de los camiones.

Muy cerca de la capital, a tan solo 5 km del centro histórico, en un pequeño pueblo milenario llamado Arkaia, hay un establecimiento de agroturismo con el mismo nombre que el de dicha localidad que cuenta con este tipo de instalación en la que se queman directamente granos de cebada obtenidos en la misma explotación agrícola de sus propietarios, también ubicada en el mismo pueblo.










Dicho combustible, además de ser mucho más barato que los pelets, tiene un poder calorífico equivalente. El único inconveniente es que genera un mayor volumen de cenizas que, en este caso, más que un inconveniente es una ventaja porque se utilizan para el abonado del jardín y del huerto.







Ocurre, ¡oh, casualidad! que este agroturismo formalizó un documento de adhesión  desde el inicio de la Green Capital en el que se detallaba una relación de mejoras medioambientales implantadas y  que, evidentemente, ni el alcalde, ni sus asesores han tenido la ocasión de leer. A lo  mejor, porque están demasiado ocupados organizando ruedas de prensa para agradecer a los patrocinadores de la Capitalidad Verde (que en la mayoría de los casos son empresas de servicios contratadas por el propio Ayuntamiento) las aportaciones económicas que realizan “desinteresadamente” para mayor gloria de la Green Capital y del propio alcalde.

Es una pena que el alcalde esté tan ocupado en estos eventos ya que de no ser así podría pasarse por dicho establecimiento para comprobar que algunos emprendedores, sin necesidad de hacerse publicidad o demostrar la fidelidad a la empresa contratante apuestan por las tecnologías comprometidas y respetuosas con el medio ambiente.

Aunque a lo mejor llegaría a la conclusión de que la supuesta primera planta de biomasa del Centro de Estudios Ambientales ni es la primera ni es tan innovadora.

Por cierto, imaginamos que esta noticia no habrá hecho ninguna gracia a firmas pioneras que apostaron en su momento por introducir estas tecnologías y que llevan años instalando en el término municipal de Vitoria-Gasteiz calderas de pelets similares a la del CEA.

Un saludo para ellos desde Agroturismo Arkaia: Termática y Madera y Fuego. ¡Va por vosotros!