De la mano de 4 estupendas personas: Juan, Usama, Ignacio y Amaia y el grupo de voluntari@s que se acercaron a echar una mano, nos mostraron cómo era la vida en una granja de los años 50, algo que mucha gente desconoce; cómo el esfuerzo, la paciencia, y la dedicación dan sus frutos; cómo el ritmo de vida que llevamos tan veloz y, a veces, sin control, nos hacen olvidar valores y emociones.
Además pudimos:
- visitar, pasear, jugar y alimentar a los animales, además de conocer curiosidades de cada uno de ellos
- visitar las huertas ecológicas
- recorrer la granja observando las plantas y árboles autóctonos
- descubrir el tramo del cauce del río Santo Tomás que discurre junto a la granja
- jugar a juegos tradicionales (la rana, las mazorcas, sokatira...)
- subirnos en el carro o pasear por los diferentes recorridos en el entorno de la granja y de Arkaia
Todo ello en un ambiente estupendo y con buen tiempo, ¡qué más se puede pedir!
Aquí os dejamos el agradecimiento del equipo de La granja de Usama después de la inauguración.
Y ahora sólo queda que os animéis a visitarla y disfrutar tanto como lo hicimos nosotr@s.