Hace unos años plantamos 3 membrilleros en el huerto ecológico de Agroturismo Arkaia y éste es el primero que hemos obtenido frutos. No han sido muchos debido a una helada tardía en primavera, justo en el momento en que todos los árboles estaban en flor.
Aún así, recogimos alrededor de 6 kg.
Indagando en Internet pudimos comprobar que su consumo en fresco no es habitual por su sabor áspero y la dureza de su pulpa y que tan sólo se utiliza para elaboración de conservas: mermeladas, jaleas, dulces, compotas, gelatinas, sorbetes, licores o para agregar sabor a manzanas y peras cuando se cocinan, algo que ya sabíamos. Pero nos llamó la atención que también se emplease en medicina y en cosmética.
La elaboración tradicional exige unas cuantas horas de estar frente a los fogones revolviendo la mezcla, con el consiguiente riesgo de salpicaduras y quemaduras. Así que comenzamos a buscar métodos alternativos que nos ahorrasen este trabajo... y lo encontramos (gracias Nieves por tu aportación).
Aquí os dejamos esta receta que hemos probado y que funciona.
1400 gr de membrillos lavados sin pelar y descorazonados.
1 kg de azúcar.
Limpiar con un paño la piel para quitarles los pelillos de la superficie.
Cortar en 4 trozos. No es necesario pelarlos.
Quitar corazones y pepitas, que reservaremos y guardaremos en el frigorífico.
En una olla colocar los trozos de membrillo y el azúcar.
Remover y dejar macerar toda la noche con un paño por encima.
Al día siguiente, remover de nuevo.
Envolver los corazones en una gasa o tela fina y sujetar con cuerda o hilo.
Introducirlos en la olla, entre los trozos de membrillo.
Cocer en olla rápida durante 15 minutos empezando a contar desde que aparecen las 2 rayas.
Esperar a que baje para poder abrir la tapa.
Sacar la bolsa de lo corazones.
Triturar con la batidora de mano y repartir en moldes.
Dejar sin tapar del todo los envases durante unos días.
Guardar en la nevera o en sitio fresco.