Madroños |
El otro día nos dedicamos a recolectar los madroños del arbusto que tenemos en Agroturismo Arkaia.
Pero antes de dejaros la receta de la mermelada que hicimos, vamos a conocer unas cuantas curiosidades de los madroños:
Tiene la particularidad que las flores y los frutos se suelen presentar de forma simultánea, pues se juntan los frutos de la floración anterior y las flores de ese año.
El madroño es un arbusto que puede llegar a convertirse en un árbol de hasta 10 m. de altura.
El fruto del madroño es fuente de flavonoides, pectina, vitamina P, es antiinflamatorio, antibacteriano y antioxidante.
Contiene glucósidos, rutina, hespiridina, aglucón o genuina, la sustancia que posee propiedades terapéuticas. Los estudios científicos más recientes apuntan a una actividad cardioprotectora gracias a su contenido en taninos y flavonoides.
El madroño también contiene tanto en sus hojas como en la corteza glucósidos fenólicos, entre ellos la arbutina de la que es la principal fuente, tiene una acción antiséptica y antiinflamatoria sobre el sistema urinario además de antibacteriana y nefroprotectora, por lo que se utiliza para combatir las infecciones urinarias, las cistitis, los cálculos y cólicos renales así como las diarreas y disenterías.
La pectina es otro de sus componentes y ayuda a reducir los niveles de colesterol en el cuerpo favoreciendo su excreción.
La corteza se ha utilizado en medicina natural como diurético, astringente y antiséptico.
Sus bayas contienen un alto contenido en alcohol por lo que sólo se deben comer unas pocas cada vez.
Los frutos tienen varios usos, mermeladas y confituras, licores, ...
Algunos contenidos de los madroños:
Pero antes de dejaros la receta de la mermelada que hicimos, vamos a conocer unas cuantas curiosidades de los madroños:
Tiene la particularidad que las flores y los frutos se suelen presentar de forma simultánea, pues se juntan los frutos de la floración anterior y las flores de ese año.
El madroño es un arbusto que puede llegar a convertirse en un árbol de hasta 10 m. de altura.
El fruto del madroño es fuente de flavonoides, pectina, vitamina P, es antiinflamatorio, antibacteriano y antioxidante.
Contiene glucósidos, rutina, hespiridina, aglucón o genuina, la sustancia que posee propiedades terapéuticas. Los estudios científicos más recientes apuntan a una actividad cardioprotectora gracias a su contenido en taninos y flavonoides.
El madroño también contiene tanto en sus hojas como en la corteza glucósidos fenólicos, entre ellos la arbutina de la que es la principal fuente, tiene una acción antiséptica y antiinflamatoria sobre el sistema urinario además de antibacteriana y nefroprotectora, por lo que se utiliza para combatir las infecciones urinarias, las cistitis, los cálculos y cólicos renales así como las diarreas y disenterías.
La pectina es otro de sus componentes y ayuda a reducir los niveles de colesterol en el cuerpo favoreciendo su excreción.
La corteza se ha utilizado en medicina natural como diurético, astringente y antiséptico.
Sus bayas contienen un alto contenido en alcohol por lo que sólo se deben comer unas pocas cada vez.
Los frutos tienen varios usos, mermeladas y confituras, licores, ...
Algunos contenidos de los madroños:
- Azúcares como la fructosa: 27’08 % de peso seco
- Glucosa: 21’5 %
- Sacarosa: 1’8 %
- Maltosa: 1’11 %
Fuente: https://gloriagonzalo.wordpress.com/2014/11/18/beneficios-de-comer-madronos-en-temporada/
Madroños recién recogidos |
Puré de madroños, una vez retiradas impurezas y semillas |
Mermelada de madroños |
Ingredientes:
500g de madroños maduros recién cogidos
300 g de azúcar
Zumo de un limón mediano
1 vaso de agua
Opcional: mezcla de especias -canela, gengibre, cardamomo, pimienta negra-
Una vez recogidos los frutos, lavarlos para que no pierdan el aroma y la textura.
Cubrirlos con el azúcar, regar con zumo de limón recién exprimido, y mezclarlo todo con ayuda de una cuchara de palo.
Dejar reposar mínimo 24 horas.
Al día siguiente, añadir a la mezcla un vaso de agua.
Poner a fuego medio durante media hora removiendo de vez en cuando.
Dejar enfriar.
Batir para que emulsione y cambie de color.
Pasar la mezcla por un colador de agujeros muy pequeños para quitar impurezas y semillas.
Meter en tarros de cristal y cocer al baño maría para su conservación.