En un corto espacio de tiempo todo nuestro entorno se transforma y la nieve nos regala una estampa espectacular que nos hace apreciar matices del paisaje cotidiano que, a menudo, nos pasan desapercibidos.
No sólo cambia el paisaje, también los sonidos que nos rodean. A la nieve siempre le acompaña un silencio conmovedor, apenas roto por el ruido del viento o por el tráfico lejano de vehículos...
Para que luego, en unas pocas horas, todo vuelva a la normalidad.
La nieve no deja de ser una metáfora de la vida...